El Monasterio de Montserrat es un sitio pintoresco y místico que representa el hogar natural de la patrona de Cataluña: la Virgen de Montserrat, más conocida como La Moreneta. Se trata de un sitio de peregrinación que conmueve a los creyentes y sorprende a los no creyentes por su configuración única.
La montaña de Montserrat es un espléndido parque natural que por sí solo requiere una visita. Está a 1.235 metros sobre el nivel del mar y se alza majestuoso sobre la margen derecha del río Llobregat. Tiene una belleza misteriosa que se hace evidente desde los primeros pasos.
El Monasterio de Montserrat recibe a más de 2,5 millones de turistas al año. Pertenece a los monjes benedictinos y a lo largo de la historia ha sido visitado por grandes personalidades, como el rey Fernando VII y Lluís Companys. Se cuenta que, en 1940, el mismísimo Heinrich Himmler llegó al monasterio, pues se decía que allí estaba el Santo Grial.
Historia y leyenda
Todo en el Monasterio de Montserrat tiene un gran encanto, comenzando por la imagen que le dio origen al culto mariano del lugar. Realmente no se sabe cómo surgió, pero sí que la primera vez que se tuvo noticia de ella fue en 1880. La leyenda dice que unos niños pastores vieron una luz en la montaña. La siguieron hasta una cueva y allí encontraron la imagen.
El obispo de la ciudad de Manresa quiso llevársela consigo, pero sorprendentemente el peso de la figura aumentó y fue imposible. El clérigo interpretó esto como una señal de que la Virgen quería quedarse en Montserrat y entonces ordenó construir una ermita que se convertiría en el Monasterio.
El lugar sagrado fue profanado por las tropas napoleónicas en 1808 y la imagen de La Moreneta tuvo que ser trasladada a Barcelona para ser protegida. En 1824, volvió a su lugar de origen. Estaba ataviada con lujosas prendas y joyas, pero estas fueron robadas durante la Guerra Civil. Desde entonces, la figura tiene el aspecto humilde que le caracteriza a día de hoy.
La llegada al Monasterio de Montserrat
Las paredes de las montañas que hay en el Macizo de Montserrat son singulares, fruto de complejos procesos geológicos que han dado como resultado unas formaciones enigmáticas y fascinantes a la vez. Todo el recorrido hasta el monasterio es sencillamente fabuloso.
La mejor manera de llegar hasta el lugar sagrado es en el famoso tren de cremallera. Este permite apreciar la belleza paisajística de la zona y asombrarse con las inusuales formas de las agujas de piedra. Quienes lo deseen, pueden subir hasta Sant Joan, donde las vistas son realmente impresionantes.
La basílica
El punto de mayor interés en el Monasterio de Montserrat es la basílica, donde se encuentra la famosa figura de La Moreneta. Frente al templo hay una gran plaza desde la que partir para conocer todos los rincones del complejo. La fachada de la abadía y el claustro son dignos de ver.
La basílica está abierta todos los días, desde las 7 de la mañana hasta las 8 de la tarde. Si vas de lunes a viernes, a las 11 de la mañana o a la 1 de la tarde, podrás apreciar la Escolanía de Montserrat, el coro de niños más antiguo de Europa. También se presenta a las 6:45 de la tarde, todos los días, excepto los viernes. Los domingos y festivos, la presentación mañanera tiene lugar justo al mediodía.
Degustaciones y otros puntos de interés
Ninguna visita al monasterio estaría completa si no se degustan los famosos cuatro licores típicos de Montserrat. Los mismos son un clásico del lugar y son elaborados artesanalmente por los mismos monjes.
Otros sitios de interés para visitar son el Museo de Montserrat y el espacio audiovisual. El museo alberga más de 1.700 piezas, entre las que sobresalen un sarcófago egipcio original, la colección de 160 iconos bizantinos y eslavos, y varios objetos antiguos de Mesopotamia o de Grecia. Mientras, en el espacio audiovisual, puedes encontrar una información gráfica muy completa acerca del monasterio, el santuario y la montaña.
Si te da tiempo, no dejes de visitar la Santa Cueva, el lugar donde se encontró la imagen de la Virgen de Montserrat, accesible por un camino fabuloso.