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La catedral de Málaga: descubre su historia

• por Raquel Lemos

Málaga es una ciudad con una gran riqueza monumental. Sin embargo, todo el protagonismo lo ocupa la Santa Iglesia Catedral Basílica de la Encarnación. Una joya del Renacimiento que no te puedes perder si viajas al lugar en cualquier momento del año, y que guarda una interesante historia.

La Mezquita Mayor

En 1487, la ciudad de Málaga fue tomada por las tropas castellanas. Fue entonces cuando la Mezquita Mayor se transformó y la catedral empezó a ser construida sobre ella. Todos los elementos árabes desaparecieron para dar lugar a los representativos de la tradición cristiana.

La construcción de la catedral se dedicó a Santa María de la Encarnación. Comenzó a erigirse en el siglo XVI y a incluir capillas, una sacristía, la Puerta del Perdón (de claro estilo gótico tardío)… Es decir, que poco a poco fue dejando atrás sus componentes árabes.

Diego de Siloé, autor del proyecto original

Diego de Siloé era un arquitecto de reconocido prestigio que había estado en Roma, lugar en el que se empapó de la arquitectura renacentista italiana. El también escultor se ocupó de los primeros cambios que se llevaron a cabo en la catedral de Málaga y, por eso, en muchos se puede apreciar las características de la arquitectura renacentista.

En los lugares donde se puede apreciar esta impronta de Siloé es en las capillas de la girola y en la decoración de los capiteles. No obstante, muchos de los cambios y añadiduras que realizó son a día de hoy inexistentes. Y es que tras su trabajo fueron otros los maestros contratados para proseguir la construcción del templo.

Diego Vergara, por ejemplo, se encargó de terminar las capillas de la girola que había empezado Diego de Siloé. A Andrés de Vandelvira también se le solicitaron varios encargospara la catedral. 

Las tensiones durante la construcción de la catedral de Málaga

Durante la construcción de la Santa Iglesia Catedral Basílica de la Encarnación hubo varias tensiones. Algunas personas, como el obispo García de Haro, querían que se finalizase cuanto antes y se pudiese abrir al público. Mientras, el cabildo era partidario de continuar con las obras, pues faltaba por construir la parte del coro.

Las obras siguieron, al igual que las tensiones. No había consenso en los materiales que se querían utilizar y, menos aún, en las dimensiones que debía tener el coro. Debido a todos estos problemas, la Corona tuvo que intervenir.

El deterioro de la catedral durante el siglo XVII

En el año 1664, Fray Alonso de Santo de Tomás quiso retomar las obras de la catedral a gran escala. Hasta el momento habían sido pocas y muy pequeñas. Sin embargo, como la bula que se le solicitó al Papa se retrasó y cuando se aceptó ya había muerto Fray Alonso, las obras se paralizaron.

Durante el siglo XVII, este parón en las obras de la catedral provocó su deterioro. Las lluvias que se filtraron causaron varios problemas en la estructura y todo lo que se había conseguido pareció venirse abajo. Todo esto cambió en el siglo XVIII.

Las obras se retomaron y se reparó todo aquello que se había deteriorado. Esto provocó que el estilo renacentista de la catedral se combinase con el barroco presente en el siglo XVIII, siendo este último el más notorio en el interior de la construcción.

A pesar de todo esto, las obras continuaron siendo muy lentas y en 1782 se clausuraron debido a la mala gestión de los fondos que hizo la Corona. La situación económica no permitió invertir más en la catedral que, desde 1768, ya estaba abierta al culto.

La catedral de Málaga inacabada

La Santa Iglesia Catedral Basílica de la Encarnación está inacabada. Faltan los remaches de la fachada, no se terminó una de las sacristías y la torre sur quedó a medio construir. Por ello, los malagueños han apodado cariñosamente a la catedral como «La Manquita».

A pesar de todo esto, la catedral de Málaga es toda una joya arquitectónica que merece la pena visitar. Además, al saber su historia, la apreciarás desde otro punto de vista.