Templo de Lúxor, una joya de la Edad Antigua

• por Raquel Lemos

Egipto siempre ha sido un destino que está entre los posibles viajes de muchos viajeros intrépidos. No solo destaca por ser el país de las pirámides, ya que en él hay otras muchas joyas antiguas. Entre ellas, el Templo de Lúxor. ¿Qué secretos guarda este lugar?

¿Dónde está el Templo de Lúxor?

El Templo de Lúxor está situado en la antigua ciudad de Tebas, y para acceder a él tienes que coger un autobús y, después, un tren. Una vez llegues a tu destino descubrirás una construcción que fue hecha bajo las dinastías XVIII y XIX egipcias.

El motivo por el que se construyó el Templo de Lúxor fue para poder consagrarlo al dios Amón, el dios de la creación. Sin embargo, con el paso de los años, este templo también se convirtió en un lugar en el que venerar a otros dioses del Antiguo Egipto, como a Serapis.

El templo fue sufriendo otras modificaciones. Cuando llegaron los romanos, se construyó una capilla en honor al rey Augusto. Los cristianos levantaron varias iglesias dentro del propio templo. Después, cuando llegaron los musulmanes, estos crearon una mezquita.

Todos estos cambios convierten al Templo de Lúxor en una verdadera joya, pues en él hay vestigios de diferentes culturas. Una riqueza cultural enorme que convierte a este templo en un lugar de visita obligada. ¡Profundicemos más en la construcción!

Visita recomendada al atardecer

Para que puedas disfrutar a lo grande del Templo de Lúxor, es preferible que la visita la hagas al atardecer. El motivo es que cuando la noche empieza a caer, el templo se ilumina, lo que aumenta su atractivo.

También te aconsejamos que elijas una visita guiada. Así podrás preguntar cualquier duda que te surja o descubrir curiosidades que, por ti solo, no podrías saber. Los guías son magníficos y te aportan datos históricos de gran interés.

La entrada del Templo de Lúxor

La entrada del Templo de Lúxor te va a dejar maravillado. Hay un obelisco enorme y, justo al lado, todavía se conserva la base de otro obelisco que, actualmente, está en París. La entrada del Templo de Lúxor llama la atención igualmente por las dos gigantescas estatuas de Ramsés II. Están hechas con granito rosa.

El vestíbulo

Una vez estés en el vestíbulo del Templo de Lúxor, presta atención a las imágenes de los emperadores romanos que se superponen sobre las imágenes originales egipcias. Aquí podrás ver esa mezcla de diferentes culturas tan característica de este templo.

La sala de columnas

Algo que no pueden olvidar todas las personas que visitan el Templo de Lúxor es su sala de columnas. Un patio en el que hay una numerosa cantidad de columnas. De hecho, descubrirás que en todo el templo esta es una construcción que podrás ver con frecuencia.

La sala de ofrendas

Cuando llegues a la sala de ofrendas descubrirás otro tipo de imágenes. Son de carácter religioso y se crearon en honor de Amón y Min. Podrás ver cómo está representado Alejandro Magno ante Amón. El santuario que realizó Amenhotep III te dejará fascinado.

La estancia del nacimiento

La estancia del nacimiento del Templo de Lúxor tiene 3 columnas cuya decoración te va a fascinar. Obsérvalas con detenimiento, ya que en ellas se cuenta la historia del nacimiento de Amenhotep III: desde el momento de la concepción hasta el parto. ¡Te dejará completamente embelesado!

Recorre las inmediaciones del Templo de Lúxor

No queremos finalizar sin aconsejarte que recorras las inmediaciones del Templo de Lúxor. Aunque el interior tiene una riqueza cultural y arqueológica enorme, no te olvides acercarte hasta el río Nilo. Descubrirás restos interesantes en todas partes.

Sin duda alguna, no podrás dejar de mirar hacia todos los lados, pues la belleza de este lugar es impresionante. Si nunca has visitado Egipto, puede que este sea tu momento. Una experiencia única, llena de sensaciones y repleta de historia. El Templo de Lúxor merece que lo visites, al menos, una vez en la vida. ¿A qué esperas para hacer las maletas?