La Gomera constituye uno de los grandes tesoros escondidos del archipiélago canario. Esta isla volcánica, ubicada en el corazón del Océano Atlántico, goza de hermosos paisajes tallados naturalmente por el paso del tiempo y la erosión de los elementos.
La belleza de sus escarpadas cumbres y barrancos, la magia de pasear por sus senderos contemplando la fascinante biodiversidad de la isla… La Gomera constituye un paraíso en el que disfrutar de una experiencia inigualable.
Descubre la Gomera
Parque nacional de Garajonay
Sin duda, es una parada imprescindible en La Gomera. Se trata de un espacio natural, Patrimonio de la Humanidad, que ocupa más de un 10% de la superficie de la isla. Es el mayor representante de los múltiples espacios naturales protegidos que se encuentran en ella.
Los extensos bosques verdes, envueltos de bruma y agua, constituyen un mito viviente del periodo terciario. Son el último reducto de la laurisilva: formación vegetal subtropical que cubrió la cuenca del mediterráneo en época de los dinosaurios.
Encontramos así diferentes especies vegetales de hoja perenne como brezos, laureles o fayas. Contando además el parque con más de 2.000 especies de flora, muchas de ellas endémicas de la isla. En su interior alberga también una rica y diversa fauna, con especies autóctonas como la paloma rabiche o el lagarto gigante.
Los Órganos
Este fantástico monumento natural es solo un ejemplo de los múltiples acantilados y barrancos que el mar ha ido moldeando a lo largo de la costa de La Gomera.
Con 150 hectáreas de extensión y casi 700 metros de altura, esta joya natural debe su nombre a la singular forma que adoptaron los materiales volcánicos al enfriarse lentamente. El resultado, tras la erosión, evoca unos gigantescos tubos de órgano que caen sobre el mar.
Se trata de un enclave de difícil acceso, por lo que para poder contemplar su belleza paisajística hay que hacer una excursión en barco por la costa.
Rincones de la Gomera
Agulo
Este particular pueblecito lleno de encanto se ha ganado el sobrenombre de <<el bombón de La Gomera>>. A solo media hora en coche de la capital y elevado sobre una plataforma natural encontramos este cuidado municipio de calles empedradas.
El paisaje se tiñe del verde de sus cultivos, el blanco de sus casitas y el azul del océano. El pueblo conforma un enorme mirador desde el que apreciar unas fabulosas vistas de la isla vecina, Tenerife, y su imponente volcán: el Teide.
Torre del Conde
En la villa de San Sebastián de La Gomera encontramos esta fortificación medieval levantada en el siglo XV, aunque reformada varias veces con posterioridad. Símbolo del poder señorial y elemento de defensa durante las rebeliones internas de la isla, esta fortaleza de 15 metros de altura es la construcción medieval más meridional que se conoce.
Valle Gran Rey
Este municipio de casas blancas se ubica en un gran barranco salpicado por innumerables palmeras. Es el segundo lugar más poblado de la isla y uno de los principales enclaves turísticos de la misma. Destacan, sin duda, sus fabulosas playas de arena negra.
En esta localización se encuentran tanto extensas playas preparadas para el turismo y dotadas de todos los servicios, como calas vírgenes y desérticas en las que poder practicar nudismo.
La Calera o la Playa de Vueltas son un ejemplo de playas grandes y animadas, siendo la segunda el lugar de partida de las visitas en barco hacia Los Órganos. Para quien prefiera la tranquilidad, la intimidad y la naturaleza la Playa de Argaga es una opción ideal.
La Gomera, un tesoro por conocer
Cuando se plantean unas vacaciones en las Islas Canarias, La Gomera no suele ser, ni tan siquiera, una opción en la mente de muchas personas. Tenerife, Lanzarote o Gran Canaria son opciones mucho más frecuentadas y concurridas. No obstante, la inagualable magia de La Gomera merece ser descubierta.
Un paraje casi virgen, magníficamente conservado y repleto de biodiversidad. El lugar perfecto para perderse paseando por sus senderos y descubriendo la historia que ha quedado tallada en sus paisajes.
Esta isla volcánica, de frondosos bosques verdes que evocan un fascinante pasado, constituye un destino turístico a tener en cuenta. La joya del Atlántico, un tesoro por descubrir.