Frigiliana es un pueblo típico andaluz con casas encaladas y estrechas calles empedradas. Está situado a 6 kilómetros al norte de Nerja y a poco más de 50 kilómetros de Málaga, en la zona de la Axarquía.
Este pueblo blanco de excepcional belleza no te dejará indiferente. Perderse por sus sinuosas y estrechas calles, entre la sencillez de sus casas encaladas, es una experiencia sin igual. Es el lugar ideal para relajarse con el sonido el agua de sus fuentes y desconectar de la rutina diaria.
Descubre las razones por las que merece la pena una visita a este pueblo andaluz.
Las calles de Frigiliana
Una de las principales actividades que realizar en este pueblo es simplemente perderse entre sus calles, pues es aquí donde radica el verdadero encanto de Frigiliana. El municipio puede dividirse en dos partes: la zona baja y la parte alta y más antigua del barrio morisco-mudéjar.
Pasear por las calles de este pueblo es como viajar atrás en el tiempo, a la época morisca y de la Reconquista. Un laberinto de calles estrechas y sinuosas que esconden tesoros por descubrir. Además, las vistas desde la zona alta de Frigiliana son espectaculares y en días despejados se puede llegar a divisar la costa africana.
El Barribarto
En el Barribarto, como se conoce el centro histórico de Frigiliana, se respira la atmósfera morisca del siglo XVI. Las estrechas calles que serpentean por las casas blancas representa una escena pintoresca de la región de la Axarquía.
El Barribarto fue declarado Conjunto Histórico-Artístico en 2014, y es uno de los mejor conservados de la provincia de Málaga.
El Palacio de los Condes de Frigiliana
El Palacio de los Condes de Frigiliana, también conocido como El Ingenio, se ha convertido en una fábrica de miel de caña y en uno de los lugares de mayor interés histórico de la localidad. Se trata de un edificio de estilo renacentista, construido en parte con materiales procedentes del castillo árabe.
El Palacio de los Condes de Frigiliana era una residencia real de la familia Manrique de Lara. Hoy en día todavía se pueden apreciar la capilla, las escaleras, las puertas y los herrajes de hace cuatrocientos años.
Museo Arqueológico de Frigiliana
En el Museo Arqueológico de Frigiliana podrás viajar a través de la historia de la zona, desde el neolítico hasta hoy. De hecho, los objetos que se exponen en el museo se muestran cronológicamente para ayudar a los visitantes a entender cómo vivían nuestros antepasados.
Iglesia de San Antonio
La iglesia de San Antonio era la antigua mezquita musulmana, desde el siglo VIII hasta el siglo XV. Cuando los cristianos la conquistaron se destruyó la parte posterior de la mezquita casi en su totalidad y se levantó una iglesia de estilo barroco.
En su interior destacan las tres naves separadas por arcos de medio punto. En la portada se aprecia un escudo del obispo Fray Alonso de Santo Tomás.
Jardín Botánico Santa Fiora
El Jardín Botánico Santa Fiora se inauguró en 2010 y se integra a la perfección al entorno y paisaje de Frigiliana. Aquí se muestran las especies de plantas autóctonas de esta parte de Andalucía, que se sigue enriqueciendo con el tiempo. El jardín está situado junto al paseo que va desde la Avenida Carlos Cano hasta el centro histórico de la ciudad.
El Fuerte
La colina que se encuentra a espaldas de Frigiliana se conoce como El Fuerte. Es una zona de especial interés paisajístico, en la que podrás disfrutar de una ruta de senderismo hacia su cima a unos 7 kilómetros desde Frigiliana.
Una vez en la cima, el premio es poder contemplar las impresionantes vistas del pueblo blanco y de la zona costera de Málaga. Cuenta la leyenda que cuando las tropas españolas conquistaron Frigiliana en 1569, los soldados moros se lanzaron desde la colina para evitar que los españoles los capturaran.
Como ves, Frigiliana esconde tesoros que todo visitante tiene la oportunidad de explorar. Además, hay numerosos comercios de artesanía para llevarte a casa un bonito recuerdo.
Sin duda, este pueblo malagueño es un lugar que merece la pena ser visitado al menos una vez en la vida.