Sabemos que te encanta viajar y que has experimentado en tu propia piel cómo cada escapada te renueva, te enriquece y te emociona. Quizás has sentido cómo al volver de un destino no eres la misma persona que se marchó, y esto no son solo percepciones subjetivas. Los beneficios de viajar son numerosos y están avalados por la ciencia.
Tu salud física y mental, tu desarrollo como persona, tus relaciones y habilidades se benefician de estos lapsos de tiempo que pasas fuera de tu hogar. No importa si son dos meses o dos días, lanzarse a la aventura de explorar nuevos lugares, costumbres y realidades nos transforma internamente. ¿Quieres saber de qué formas? ¡Te lo contamos a continuación!
Descubre los beneficios de viajar
Si quieres alimentar tu espíritu nómada y tener aún más motivos para continuar viajando, presta atención a las ventajas que nos ofrece volar hacia nuevos rumbos.
Amplía nuestra perspectiva
Viajar es salir de nuestra zona de confort y descubrir realidades muy diferentes a la nuestra. Conocemos otras culturas, tradiciones y modos de vida, y esto, inevitablemente, abre nuestra mente. Es el mejor modo de convertirnos en personas más tolerantes y empáticas, capaces de apreciar nuestros privilegios y de recordar que cada persona tiene algo que enseñarnos.
Además, viajar potencia nuestra creatividad. Nos insta a descubrir otros modos de pensar, de sentir y de ver la vida. Por esto, no es raro que la inspiración fluya en quienes se abren al mundo.
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Nos ayuda a conocernos
Observar otras realidades también nos sirve para descubrir quienes somos, cuáles son nuestros valores e intereses una vez que conocemos el amplio abanico de opciones que existen. Esto, en algunas ocasiones, nos llevará a reafirmarnos como personas, pero en otras puede hacer cambiar toda nuestra escala de prioridades. En cualquier caso, es una experiencia de autoconocimiento invaluable.
Fomenta la autoconfianza
Si eres una persona insegura, dependiente o que no se siente capaz de valerse por sí misma, viajar puede ayudarte a cambiar esta percepción negativa. Al afrontar dicha aventura, salen a relucir todas nuestras capacidades y habilidades, al tiempo que adquirimos y desarrollamos otras nuevas.
Al viajar, nos vemos obligados a aplicar la planificación y la resolución de problemas. Practicamos la asertividad y las habilidades sociales, y nos enfrentamos a la frustración en varias ocasiones, aprendiendo así a tolerarla y a gestionar nuestros recursos personales.
Todas estas experiencias nos fortalecen y, tras atravesarlas, la confianza en nosotros mismos aumenta considerablemente. Y es que hemos sido capaces de vencer esos miedos que parecían insalvables y de hacernos cargo de situaciones que, quizás, antes no habíamos enfrentado.
Mejora la salud física
Esto puede parecerte extraño, pero lo cierto es que viajar tiene un impacto positivo en la salud de nuestro cuerpo. Esto se debe a diversas causas.
Por un lado, rompemos con el sedentarismo, ya que es más probable que nos mantengamos activos mientras exploramos un nuevo destino urbano o un maravilloso paraje natural. Además, aumentamos el contacto con la naturaleza, ya sea en playas, bosques o montañas, y esto mejora el sistema inmune.
Incluso, se ha visto que viajar protege la salud del corazón y disminuye el riesgo de sufrir infarto de miocardio. Eso sí, has de irte de vacaciones al menos dos veces al año.
Promociona la salud mental
El bienestar psicológico también se beneficia enormemente cuando viajamos, porque nos liberamos del estrés constante y las preocupaciones que muchas veces impregnan nuestra rutina diaria. Desconectamos del trabajo, de las obligaciones y los compromisos, y nos conectamos al presente, al aquí y al ahora, y a ese mundo de nuevos aromas, paisajes, sabores y sonidos que se abre ante nosotros.
Además, comenzamos a experimentar emociones positivas con mucha más frecuencia, y no solo durante el viaje, sino antes y después. Planear la escapada con ilusión y esmero, anticipar todo lo que descubriremos y rememorar las experiencias vividas nos hace felices.
Favorece las relaciones sociales
Otro de los principales beneficios de viajar se observa en la esfera social. Nos impulsa a formar nuevos vínculos y a fortalecer aquellos de los que ya disfrutamos. En ese nuevo destino, ya sea que viajemos solos o con amigos, encontramos personas con las que compartir charlas, anécdotas y puntos de vista; con algunas solo tendremos conversaciones fugaces y otras pueden llegar a convertirse en grandes amigos. En cualquier caso, nos ofrecen valiosas oportunidades para mejorar nuestras habilidades sociales y sentirnos conectados.
Además, si viajamos con nuestra pareja, amigos o familiares, esa experiencia conjunta nos ayuda a estrechar lazos, a crear recuerdos compartidos que serán inolvidables y a conocernos y disfrutarnos mutuamente un poco más.
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Nos nutre de aprendizajes
Por último, viajar nos llena de aprendizajes y nos enriquece enormemente. Muchas de las personas más cultas son aquellas que se han permitido explorar diversas culturas y tradiciones, que se han sumergido en la historia de las ciudades y se han mezclado con sus gentes. Y es que, en los libros, podemos aprender sobre idiomas, estilos arquitectónicos y civilizaciones pasadas, pero nada se compara a experimentar esa realidad en carne propia.
Ahora que conoces los beneficios de viajar, ¿qué esperas para disfrutarlos?
Como ves, viajar es sumamente beneficioso y puede ser el alivio perfecto para una rutina desgastante y sin aliciente, para una salud deteriorada o para esa sensación de estancamiento que muchas veces podemos experimentar.
Recuerda que no es necesario hacer grandes desplazamientos, un par de días en un destino cercano pueden permitirte disfrutar de todas estas ventajas. Por ello, da rienda suelta a tu espíritu aventurero y regálate un viaje.