A nadie le amarga un dulce, pero los verdaderos amantes de los postres encontrarán en Mallorca el paraíso. Aunque, probablemente, cuando se habla de postres mallorquines lo primero que nos venga a la mente sea su tradicional ensaimada, como veremos, hay muchas otras elaboraciones tradicionales que no querrás dejar de probar.
Los árabes conquistaron Mallorca en el año 902 y las islas permanecieron bajo su dominio hasta que Jaime I se impuso en 1229. Durante 327 años, los sabores culinarios árabes se arraigaron en la cocina mallorquina, y todavía hoy podemos degustar esa influencia árabe en nuestros paladares.
En los restaurantes de cocina mallorquina y en las pastelerías de la isla se encuentran los mejores postres autóctonos del lugar. ¿Listo para chuparte los dedos? A continuación, te descubrimos aquellos que endulzarán tus futuras vacaciones.
La ensaimada
La ensaimada se considera una de las maravillas de la isla. Se trata de un bollo de hojaldre enrollado con forma de espiral que está hecho a base de harina, huevos, levadura, azúcar y manteca. Se puede elaborar con diferentes rellenos: cabello de ángel, chocolate, crema tostada o crema de almendras.
También encontramos la ensaimada de talladles, versión salada de la anterior que se rellena con sobrasada y calabaza; o una más simple sin relleno, solo con un poco de azúcar glasé espolvoreado.
Se puede disfrutar en distintos momentos del día: en el desayuno, con un café por la tarde, como postre… ¡La ensaimada es muy versátil!
Cocas
Otro de los postres mallorquines más conocidos es la coca. Es una especie de bizcocho compacto que también puede ser dulce o salado. Se hacen en toda la isla y son muchas las variedades que podrás encontrar.
No obstante, se dice que la mejor es la coca de patata de Valldemosa, un pueblo con mucho encanto que no debes perderte durante tu visita. Es un postre suave y tierno que se prepara con patata, manteca de cerdo, azúcar, levadura, harina, huevos, leche y aceite de girasol.
Quartos embetumats
Se trata de un dulce típico que se elabora sobre todo en Palma. Se hacen a partir de los tradicionales quartos, un bizcocho esponjoso y muy ligero que lleva huevos, azúcar y maicena. En este caso, el quarto se rellena con crema pastelera y se cubre con una capa de merengue o de chocolate.
Gató d’ametlla
El gató es un bizcocho húmedo de textura gruesa debido a las almendras molidas que contiene. También lleva huevos y azúcar, y suele acompañarse con helado de almendra mallorquín, con una taza de café o un vaso de vino dulce.
Al no llevar harina, es apto para los celíacos. Aunque es un postre típico de Mallorca, también lo encontrarás en las otras islas que conforman el archipiélago balear. No dejes de probar este postre esponjoso durante tu viaje. Estamos seguros de que repetirás.
Cardenal de Lloseta
Este es un postre típico de Lloseta, un pueblo cercano a la Sierra de Tramontana. Durante una comida, uno de los dueños del horno donde se creó este postre, el Forn de Baix, dijo: “Este es un bocatto di cardinale”, y de ahí el nombre de este dulce.
La receta original no se conoce, pues se guarda bajo llave en el Forn de Baix. Por lo tanto, es una buena excusa para visitar la localidad de Lloseta y degustar este bizcocho típico mallorquín.
Robiols
Se trata de un postre típico de la Semana Santa mallorquina, aunque se puede disfrutar durante todo el año. Tiene forma de empanadilla y puede contener diferentes rellenos, como cabello de ángel, chocolate, requesón o mermelada.
Los robiols de Mallorca son, generalmente, dulces; mientras que en Menorca se emplean rellenos salados, como sofritos con carne o espinacas, pasas y piñones.
No todo son playas paradisíacas, naturaleza y sol en la isla mallorquina. El archipiélago balear, en su conjunto, cuenta con una oferta turística extensa, que se adapta a los gustos de cada visitante.
Su gastronomía tradicional es bien conocida en el resto de España, así como en otras partes del mundo. Ahora que conoces algunos de los postres mallorquines más típicos, no olvides probarlos durante tu visita.